Caso: cuando la experiencia de usuario y la…

Caso: cuando la experiencia de usuario y la calidad técnica se unen. RecoveryLabs

Febrero 2010 - Los cuentos del abuelo

En muchas ocasiones los escritores de bitácoras como ésta tendemos a contar los casos de "malas experiencias" con clientes, proveedores, productos, etc. Parece que sólo se cuentan los buenos casos "de libro", los de Apple (a veces), Google (en sus tiempos) o Lexus. Imagino que en general, tal y como tantas veces he escrito por aquí, las malas experiencias son muchas, y nuestras expectativas también.

Por eso cuando recibes un servicio perfecto de inicio a fin, creo que hay que contarlo. Con disclaimer o sin él (este artículo lo lleva, ver abajo).

Unos meses después de volver de nuestra "aventura americana", el disco duro que almacenaba todas las fotos de ese año y medio, algunas de las cuales, no sabemos por qué, no habíamos salvaguardado, se rompió. Era un IOMEGA Screenplay HD de 500 Gigas, de buena calidad, pero eso no nos salvó. Además de las fotos, también perdimos un montón de cosas que habíamos escaneado ya que no había espacio en las maletas para traer las versiones físicas con nosotros. Todo recuerdos, nada "objetivamente relevante" (bueno, había cosas de nuestros respectivos trabajos, casi todo esta salvaguardado), pero todos sabemos la pena que nos da perder estas cosas.

Lo primero que hice, como buen informático, fue ver si lo podía arreglar yo, pero nada, ni foros ni leches... lo único que encontré fue un video en YouTube (que ya no está) donde a alguien le pasaba exáctamente lo mismo que a mí, pero nada más. Después escribí a IOMEGA, que me respondieron con un maravilloso "con lo que nos dice, envíenos el disco duro y le enviaremos otro nuevo de vuelta". No era la solución que más me satisfacía, pero durante unos días pensé que era la mejor opción, así por lo menos recuperaba un disco duro.

Pero luego recordé que un amigo del colegio había montado hacía años una empresa de recuperación de datos. Un día, hacia 2003, tuve que ir a una reunión con Microsoft en Tres Cantos, y resulta que su empresa estaba al lado, así que intenté saludarlo, pero no estaba. ¿Se acordaría de mí? Bueno, todo era cuestión de intentarlo. Este compañero de estudios de aquella época es Juan Martos, uno de los fundadores de Recovery Labs, que respondió rápidamente a mi petición de ayuda, invitándome a llevarle el disco a su laboratorio, en Tres Cantos, Madrid. Allí me recibió y, tras unos minutos de ponernos al dia en nuestras vidas (muchos años habían pasado ya desde la última vez que nos vimos), se puso en marcha.

Durante la siguiente hora, Juan probó diferentes técnicas, empezando por las de nivel lógico y, viendo que el disco no respondía, pasando a las físicas, hasta llegar a la conclusión de que era problema de las agujas. Yo no quería hacerle perder mucho el tiempo, pero insistió en echarle un vistazo más tranquilo en los siguientes días.

Al poco tiempo me envió un correo con malas noticias, pero con gran nivel de detalle, explicándome qué le pasaba al disco y por qué no podían arreglarlo. Os muestro un extracto del correo para que veáis a qué me refiero con "detalle":

[...] parece que el problema reside en el área de firmware de la unidad. A ti que eres del gremio, seguro que te interesa que te cuente la historia:

Hay una serie de sectores defectuosos en tu disco que contienen información vital e insustituible para el arranque del disco (estos sectores pertenecen al área de firmware y están en cilindros con valores 'negativos', fuera del alcance del usuario). Sin esto no podemos hacer nada. Algunos fabricantes tienen prevista la corrupción de los sectores del área de servicio, pero me temo que no es el caso de Seagate. Existe un método conocido en el gremio como 'hot swap', que como te puedes imaginar consiste en arrancar un disco idéntico al averiado y, una vez terminada la fase de arranque y teniendo en la RAM de la placa los parámetros correspondientes al disco donante (el que funciona), montar en vivo (sin desconectar de la corriente) dicha placa sobre el disco 'muerto'. Esto, que suena más bien a ingeniería rusa aplicada a la reparación de la malograda estación MIR, en ocasiones funciona. El gran problema que existe es que cada disco, en el arranque, carga una serie de parámetros únicos (adaptives) y que están calibrados para cada unidad en particular. [...] Es frecuente que en muchos discos se pierda la concordancia entre los parámetros adaptives que se almacenaron durante la fabricación y el estado actualizado de la unidad unos meses o unos años después. [...] El problema tiene solución, ya que es posible volver a lanzar la rutina de digamos...recalibración. Eso sí, a costa de perder todos los datos almacenados hasta ese momento. ¿Y por qué te cuento todo este rollo? para que entiendas por qué no ha funcionado tampoco el hot swap en tu caso. Los adaptives del donante de que disponemos y los de tu unidad son demasiado dispares y en cuanto se efectúa el cambio de placa y se manda el comando de hacer girar el plato, las cabezas se vuelven locas (no encuentran la señal del servo en los platos).

Lo cierto es que de haber funcionado, tampoco podríamos haber cantado victoria. Habríamos tenido que lidiar con una segunda parte. [...] los discos tienen dos tipos de listas de errores: una primaria y una creciente. [...] El problema está sin embargo en la lista primaria de defectos. Esta se graba también durante el proceso de fabricación. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede con la lista creciente, los sectores que se van dando de baja, no son sustituidos por otros. Simplemente desaparecen. [...] Conclusión: como el traductor del disco donante y el del dañado son distintos, una operación de hotswap genera un mapa LBA distinto al que tenía el disco dañado. Se hace necesaria una reconstrucción a nivel lógico del traductor, o en el peor de los casos una recuperación en bruto (o raw recovery como dicen los americanos). La recuperación en bruto tiene resultados...parciales. Para no extenderme mucho más (más de lo que ya he hecho) podemos decir que una recuperación en bruto pasa de la MFT y lee directamente del área de datos. El resultado es un montón de archivos, muchos de los cuales ya habían sido borrados, agrupados por su extensión, y de los que al no disponer de información sobre su layout tan sólo funcionarán aquellos que no estuviesen fragmentados.

Obviamente, yo tengo un perfil técnico y por eso Juan lo explicó así. Otros clientes no necesitarán esto, pero identificar bien a cada tipo de cliente y actuar acorde a sus necesidades es algo importante, ¿no? Me dio pena, dando por hecho que habia perdido todo, pero contento por confiar en una empresa que respeta mi inteligencia y me explica las razones, buenas o malas, por las que algo se consigue, o no.

Y así lo dejamos, quedando en que un día iría a recoger el disco a sus oficinas. Tenía un plan infalible, que llamé el "Plan Disney": esperar a que la tecnología evolucionase lo suficiente como para arreglar el problema.

Pero resulta que ese plan iba a ser exitoso, y mucho antes de lo que pensaba. Tras el verano, recibí otro correo de Juan, diciéndome que el estado del arte de la recuperación de datos había evolucionado, y que su equipo de I+D había conseguido extraer los datos del disco. ¡Todos! No pudimos quedar hasta hace poco para recogerlo, pero en cuanto llegué a casa pude comprobar cómo, efectivamente, todos los datos habían sido recuperados, con algunas carpetas adicionales de información que se había traspapelado en los diferentes directorios. Allí estaban las fotos, los escaneos, todos los recuerdos de esa aventura californiana. Si no se me saltó una lagrimita, poco le faltó.

Recovery Labs y su equipo de I+D hicieron un trabajo espectacular, y no sólo porque recuperasen los datos (a veces se puede, a veces no), sino por la actitud profesionalmente intachable que mantuvieron durante todo el tiempo. Está claro que en un mundo en el que casi todo nuestro trabajo, nuestros recuerdos y nuestros hobbies residen en discos duros, tarjetas SIM y demás, servicios como los de Recovery Labs llegaron hace unos años para quedarse. Yo espero seguir viendo a Juan sin tener que ir con un disco duro roto debajo del brazo pero al menos sabré que, si es necesario, harán lo que sea posible con el estado de la técnica de ese momento, para recuperar mis datos.

Disclaimer: como he mencionado en el artículo, mi contacto con Recovery Labs fue debido a que conocía a uno de sus fundadores de nuestra época de colegio.