Mucho más que hacer una copia de seguridad

Mucho más que hacer una copia de seguridad

Febrero 2005 - Ariadna

CON LOS SISTEMAS ADECUADOS SE PUEDE SUPERAR UNA CONTINGENCIA COMO EL DEVASTADOR INCENDIO DEL EDIFICIO WINDSOR. INCLUSO SE PUEDEN RECUPERAR DATOS DE DISCOS DUROS DAADOS POR EL FURGO O POR EL AGUA

Hacer una copia de seguridad de los archivos más valiosos es lo primero en un plan de recuperación de datos y continuidad el negocio. Al tradicional backup que se guarda en la empresa, hay que añadirle al menos otro lejos de ella. Los factores que influyen en la elección del lugar dependen del tipo y tamaño de la empresa y de las amenazas contempladas. No se da la misma respuesta ante un atentado, un incendio, un fallo eléctrico o un corte en las comunicaciones. Es tal la complejidad, que se impone la externalización de los sistemas, es decir, contratar los servicios de empresas externas que se dedican a esto.

Las copias de seguridad van a parar a su data center. En estos edificios, grandes ordenadores almacenan los datos, pero también las aplicaciones y sistemas que permitan volver al trabajo lo antes posible. La información más crítica antes se llevaba grabada en soportes físicos, hoy se envía por redes redundantes de fibra óptica. La periodicidad del backup vara en cada empresa. El bufete Garrigues haba realizado el último a mediados de diciembre. Deloitte, la noche del jueves anterior al incendio. En otros sectores, como le bancario, la información se archiva en tiempo real. Los bancos, depositarios de un material tan sensible como es el dinero de todos, son las instituciones que cuentan con planes de contingencia más desarrollados y estrictos. Hacen copias por triplicado que se almacenan a centenares de kilómetros, cuentan con varios suministradores de seguridad...

CONECTIVIDAD. Pero no se trata sólo de guardar los datos, tras la catástrofe necesitas recuperarlos y ponerlos en producción. Poder atender el teléfono, mantener la página web, que funcione el correo electrónico, la atención al cliente, redirigir los datos y la voz al nuevo edificio, comenta Javier González, director de marketing de Colt. Solo la conectividad hace que la ubicación física de la empresa deje de ser importante. "Nosotros damos conexión Ethernet, obteniendo la misma velocidad que dentro del edificio. De esta forma los empleados pueden trabajar en remoto.

En el caso de Garrigues, que tena en el rascacielos incendiado sus departamentos de Procesal, Propiedad Industrial e Intelectual y Tecnologías de la Información, además de la agencia de la Propiedad Industrial e Intelectual, sus 133 abogados y personal de apoyo pudieron instalarse en un centro de IBM pensado para este tipo de emergencias. Hasta conservaban el mismo número de teléfono que tenían en el Windsor. Sin embargo, Management Solutions, Otra de las afectadas, tuvo su web cada varios das, y nadie desvió los teléfonos de su sede madrileña a la de Barcelona.

Un plan integral para una gran empresa cuesta dinero, pero son escalables, hay soluciones para la pyme por 1.500 euros. Pero, de no contar con un plan eficaz, perderán millones hasta volver a la normalidad. Según datos de Colt, una hora de paro de las operaciones de los agentes de bolsa de un banco puede costarles ocho millones de euros. O una empresa de telecomunicaciones con garanta de servicio tendría que abonar entre el 20 y el 30% de sus ingresos mensuales por una cada de más de cuatro horas. Además del dinero, el retraso de das en volver al trabajo pone en juego la imagen de la firma, puede acarrear una pérdida de competitividad e incluso incurrir en responsabilidades judiciales. De hecho, la prevista reforma de la Ley de Protección de Datos incluye la obligación de contar con medidas de protección de los datos de carácter personal.

El incendio del Windsor ha revelado un problema añadido. No basta tener un buen plan que cubra todas las eventualidades, hay que ensayarlo de forma periódica para comprobar su validez. Pero a ver quién se atreve a desconectar el sistema en un simulacro, afirma Miguel Ruiz. Director técnico de Recovery Labs, firma dedicada a la extracción de datos de dispositivos dañados. En estos momentos en los que descubren las grietas de sus planes de contingencia, su empresa es la última oportunidad.

VIDA EN LA TERCERA. De la planta 21, a 1.000 grados, es imposible que algo se haya salvado porque los materiales se han fundido. Pero en la séptima hay mucho trabajo que hacer. Los equipos que, aún habiéndose quemado, no hayan soportado temperaturas muy superiores a los 100 grados pueden someterse a un proceso forense para recuperar los datos del disco duro. Solo hay un límite físico: que las altas temperaturas hayan reorientado las partículas magnéticas. Si no es as, hay esperanza. Además, los ordenadores de las plantas inferiores han sufrido más el agua usada por los bomberos y el impacto de los escombros que la acción del fuego. En estos casos, el trabajo sería sencillo. De hecho, los ordenadores centrales de Deloitte y Garrigues, situados en la tercera planta, aún laten protegidos en una cámara ignífuga. El problema es sacarlos de ahí.